El cannabis ya había reventado todas las expectativas de inversión gracias al amigo amable CBD y desde el inicio de la Covid-19 ha sido uno de los grandes protagonistas en las videoconferencias de los venture capitals.
El consumo durante el confinamiento ha sido algo dificultoso. Escasez de producto, mala distribución y el cierre de dispensarios, clubs y asociaciones hizo que los fumadores estuviesen quemándose la uña con el canuto. Tras esto, los consumidores han vuelto con la tarjeta de crédito en la mano. Menos visitas, mayor ticket medio y hierba de reserva para la siguiente ola de la Covid-19 han sido las razones del aceleradísimo crecimiento del sector.
Pero el cannabis ya estaba inmerso en su propia evolución. A medida que los estilos de vida de las personas han ido cambiando y los gobiernos han sido más permisivos, ha pasado de ser un producto estrella en el mercado negro a un producto más de gran consumo, de calidad y siempre a mano.
El proceso de legalización ya ha comenzado en muchas partes del mundo. Canadá, treinta y tres estados de EEUU y Holanda van a la cabeza. Países como Italia, Portugal y Alemania están sentando los cimientos de toda una industria alrededor del cannabis terapéutico sin THC. Con una tasa anual de alrededor del 33%, el cannabis se convierte en el próximo oro verde, llegándose a prever el volumen global del mercado legal de marihuana para 2025 en unos 150 mil millones de USD.
El CBD ha llegado al gran consumo español como ese amigo fiel, sano y un poco gamberrito que te da el punto en los momentos difíciles. Sin embargo, en España a penas se ven más que tímidos emprendimientos.
¿Podría ser España la California de Europa? Por una parte, históricamente, cientos o, incluso miles, de expertos españoles desarrollan en la clandestinidad sofisticados sistemas de producción, trabajan en mejorar las genéticas existentes y buscan las mejores flores y extracciones únicas en el mercado. Por otra, las empresas del IBEX 35 cuentan con un gran conocimiento de los hábitos y necesidades del consumidor actual y tienen la infraestructura y la experiencia para crear productos, marcas atractivas, experiencias de cliente relevantes y comunicaciones que enganchen.
Las recaudaciones a través de impuestos en España podrían ascender a más de 3.000 millones de euros anuales. Sin embargo, debido al poco interés que despierta este tema en los políticos, el uso del cannabis tanto medicinal como lúdico sigue prohibido en España.