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Las empresas de gran consumo invertirán 4.000 millones en los próximos dos años para la creación de bebidas, cosmética, ropa, alimentación para mascotas, etc.
La oferta de productos que contienen o rodean al cannabis es cada vez más sofisticada. Bajo un contexto mucho más cosmopolita y pensada para un público más elevado, contemporáneo, exigente y con una percepción del diseño mucho mayor; están proliferando numerosas innovaciones que se adaptan a la perfección a los nuevos estilos de vida basados en el balance y cuidado propio y del mundo que nos rodea.
Son dos los grandes usos que se están realizando del cannabis en todas sus variantes. Por una parte, como buen conductor hacia la relajación ante un estilo de vida estresante y en la búsqueda de posibles beneficios para la salud física o mental. Por la otra, y contrariamente al estereotipo asentado históricamente, como un recurso recreativo y social convirtiéndolo en el postre perfecto que se lleva a una buena cena con amigos un viernes noche.
Más allá de los tradicionales cogollos o brownies llegan de forma sencilla a las casa de miles de personas por todo el mundo productos más personalizados y refinados como los vaporizadores precargados con diferentes concentrados, los pre-rolls, las flores, las bebidas, las golosinas, las velas, el aceite, las bombas de baño… El nuevo cannabis tiene mil formas.
Muchas industrias ya se han visto afectadas por este nuevo agente. Pero, ¿somos todos susceptibles de sacar partido del cannabis? Actualmente, muchas compañías se están subiendo al carro de la ganja utilizando el cbd, sin una lógica aparente, como herramienta de “greenwashing” al ver la popularidad que está adquiriendo entre sus consumidores. Paja o no, lo cierto es que son muchos los sectores que están incorporando el cannabis de una forma u otra: alcohol, alimentación, tabaco, belleza, lujo, mascotas, medicina, moda, bienestar, construcción...
